TU HOGAR: IMPORTANTE GENERADOR DE RESIDUOS PELIGROSOS.
Los residuos en Colombia generalmente son dispuestos sin una separación adecuada en rellenos sanitarios, que no son más que una técnica final de eliminación de dichos residuos en el suelo. Aunque en su gran mayoría y dados los esfuerzos de los diferentes actores involucrados los rellenos cumplen con la normatividad legal vigente, éstos inevitablemente tienen una vida útil, es decir, al cabo de unos años se llenan y es necesario disponer de un terreno diferente que cumpla la misma función; afectando los recursos suelo, aire y agua. Por esta razón es importante realizar una separación adecuada de todos los residuos generados en nuestros hogares y así dar uso sostenible a aquellos con valor de reutilización y/o reciclaje (Plástico, papel, latas, cartón, etc.)
Sin embargo, hoy en día enfrentamos una problemática aún más trascendental y tiene que ver con otro tipo de residuos que aunque sea difícil de imaginar, se generan con mucha frecuencia en nuestros hogares, exponiéndonos a diferentes patologías. Estos son los residuos peligrosos o RESPEL, que se refieren a aquellos residuos o desechos que por sus características corrosivas, reactivas, explosivas, tóxicas, inflamables, infecciosas o radiactivas pueden causar riesgo o daño a la salud humana y el ambiente. Algunos ejemplos de RESPEL son: Agujas usadas, algodones impregnados con fluidos corporales, aerosoles y pinturas, pesticidas, insecticidas, solventes, pilas y baterías, partes de computadores, bombillos ahorradores, entre otros.
Pero… ¿Por qué son peligrosas las pilas, pantallas de computadores o bombillos ahorradores?
Las pilas son altamente nocivas, pues son elementos que contienen diferentes metales en su composición como mercurio o cadmio, durante su uso no plantean riesgos dado que la cápsula aísla eficazmente su interior del medio, pero con el tiempo y al ser sometida a factores ambientales como humedad y sol, la cápsula sufre un deterioro progresivo hasta que se rompe, liberando las sustancias químicas que forman parte de su estructura. Estos metales, infiltrados desde el relleno sanitario cuando se arrojan a la basura, acabarán contaminando las aguas subterráneas y el suelo; y con ello se introducirán en las cadenas alimenticias naturales, de las que se nutre el ser humano.
Si multiplicamos las pilas que usa cada habitante por la cantidad de habitantes, nos daremos cuenta con horror, cómo estamos contaminando nuestra tierra con mercurio. Tampoco hay que tirarlas al inodoro o al río debido a que tienen un altísimo poder de contaminación en el agua. Estudios especializados indican que una micro pila de mercurio, puede llegar a contaminar 600.000 litros de agua.
Entre el año 2003 y 2007 En Colombia se generaron cerca de 45.000 toneladas de residuos de PC, monitores y periféricos (mouse, pantalla, tarjetas de memoria, teclado etc.) Se estimó que solo durante el año 2007, se generaron entre 6.000 y 9.000 toneladas de residuos de computadores, monitores y periféricos, lo que corresponde entre 0,1 y 0,15 kg por persona.
El mercado sigue expandiéndose y los ciclos de innovación de los equipos se hacen incluso más breves, la sustitución de los computadores y/o sus periféricos se acelera, convirtiéndolos en un flujo de residuos en rápido crecimiento.
Los aparatos electrónicos, en especial las computadoras, son una mezcla explosiva para la sociedad: contienen metales pesados como plomo, mercurio, cadmio y berilio, los cuales pueden acumularse en el ambiente y en organismos vivos causando serias afectaciones. Adicional a esto más del 90% de los materiales de los residuos de aparatos eléctricos y electrónicos puede ser reciclado, lo que permite recuperar materiales que de otro modo estarían siendo depositados como residuos en los rellenos sanitarios.
Por otra parte, en el país, se desechan anualmente en promedio 8.800 toneladas de bombillas de diversas tecnologías y se estima que para este 2015 esta cifra ascenderá a 17.000 ton, que a menudo son dispuestas en rellenos sanitarios o sitios de disposición final no controlada.
La vida útil de las bombillas ahorradoras es de 3000 a 10000 horas en promedio, lo que supera por mucho la durabilidad de las bombillas usadas en el pasado (incandescentes: 1000 horas), pero cuando finalizan su vida útil es necesario recolectarlas, pues las éstas utilizan para su funcionamiento pequeñas cantidades de mercurio entre otros elementos como el fósforo, argón, aluminio y nitrógeno, los cuales son nocivos para la salud y el ambiente si no se disponen adecuadamente. La correcta disposición evita que se contaminen fuentes de aguas subterráneas, superficiales o el suelo, nuestras principales fuentes de recursos.